Si no tienes ganas de leer aquí lo puedes ver
Los gurumelos ya estaban aquí antes que los tartessos son los hongos los pobladores mas antiguos de la historia que se conocen.
Vamos a remontarnos en el tiempo todo lo atrás que podamos
Cuando
el cobre, la plata y el oro se obtienen de forma nativa, en esta zona son
superficiales y abundantes, la metalurgia es previa a la minería, se
arraiga por estos lugares y en grandes hornos con madera de los abundantes
bosques se funden las rocas, obteniendo los metales siendo suficiente para
cubrir las necesidades de los Tartesos, primer asentamiento de civilización de
los que hay vestigios, unos 10.000 años a.c
Es con
la llegada de los fenicios cuando se intensifica el comercio con ellos, vienen
exclusivamente a por los metales
Los
historiadores, coinciden en señalar, el siglo diez antes de cristo, como el
de la fundación del núcleo urbano, por parte de los fenicios, con el
nombre de Onoba.
El
poblamiento continuado, más antiguo de la Península Ibérica
A
partir del 700 antes de cristo, la penetración fenicia alcanza buena parte de
las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir,
Se
establece una Ruta comercial entre Tartessos y Tiro.
Documentado
por el profeta Ezequiel, del siglo seis antes de nuestra era, hace
referencia al comercio, entre Tartessos y fenicios, que podemos situar,
hasta en el siglo diez antes de nuestra era por hallazgos
arqueológicos en Huelva.
Como se
puede observar, las zonas bajo influencia tartésica incluyen vastos territorios
ricos en materias primas, sobre todo en metales.
La
sociedad tartésica, explotaba las minas de cobre, plata, oro.
Intercambiando
la materia prima por productos refinados.
La
demanda constante y creciente de materia prima por parte de los comerciantes
fenicios provoca un incremento en la explotación de la sociedad tartésica,
Ya que
obliga a las élites indígenas a aumentar la productividad, lo que se consigue
dedicando más mano de obra o forzando a la ya existente a aumentar la
explotación.
La
sociedad cambió con la introducción de nuevas tecnologías como la metalurgia
del hierro, el torno de alfarero, las fábricas de salazones, los nuevos
rituales y dioses, que tomaron de los comerciantes fenicios.
Esto
provoca que se incremente la extracción de metales, y que la diferencia social
sea mayor, una centralización del poder en manos de la élite y una
sobrexplotación de la mano de obra autóctona.
La situación en el entorno provocada por los metales preciosos
Se torno complicada para los tartessos
Los aborígenes fueron sometidos para apropiarse de sus metales
preciosos, por los disciplinados ejércitos cartagineses reducidos a la
esclavitud y obligados brutalmente a trabajar en las minas
Narra el historiador Diodoro, que lo hicieron esforzándose
día y noche. Obligados con el látigo a trabajar de manera incesante, morían a
causa de las privaciones en las cavernas que habían excavado.
Los que se mantenían vivos, por tener cuerpos más vigorosos,
estaban en un estado de sufrimiento que les hacía que prefiriesen la muerte.
Nos dice que un gran número de esclavos, de ambos sexos fueron
empujados, dentro las minas y que se les mantenía
trabajando, día y noche mientras eran vigilados, con tanto rigor
como para que lograr escapar fuese imposible.
Desnudos, mutilados y enfermos, trabajaban bajo el látigo de sus
brutales capataces, sin descanso o remisión.
Ni la debilidad de la edad avanzada, ni los padecimientos de las
mujeres, dice esta autoridad, les excusaban del trabajo, al
cual todos eran conducidos a golpes y garrotazos, hasta que,
aplastados por el intolerable peso de sus penalidades, muchos caían muertos a
causa de sus insoportables padecimientos.
La mortalidad entre los trabajadores de las minas de España en
este período debe haber sido descomunal.
Pronto se hizo necesario incrementar el número de trabajadores.
Como el número de autóctonos se iba reduciendo rápidamente,
tuvieron que echar mano de trabajadores importados traídos a miles desde África.
ocuparon el puesto de aquellos trabajadores nativos que habían
sido aniquilados por el excesivo trabajo que les habían impuesto sus intrusos
asiáticos.
Este horroroso tráfico fue prolongado e ininterrumpido y aumentó
la producción de las minas de España en un grado tal como para influir en todo
el comercio mundial en aquel período.
Esa influencia se prolongó durante más de setecientos años
hasta que el gobierno de Roma, que sucedió a los cartagineses en
el dominio de España, cayó en manos de los Reyes Godos.
Mientras tras la llegada de los romanos: allá por el año
doscientos dieciocho antes de nuestra era.
Hacia el ciento noventa y cuatro, antes de cristo, las legiones
del cónsul, Marco Porcio Catón “el Viejo”.
Conquistaron todo el Valle del Guadalquivir, incluidos los
territorios de la actual provincia onubense.
Las fuentes antiguas en referencias a esta tierra la denominan
Baeturia.
que comprendía los territorios, situados entre los dos grandes
ríos del sur peninsular: el “Baetis” (Guadalquivir) y el “Annas” (Guadiana).
Hasta el siglo uno después de cristo, no se produce una
reactivación, del sector minero y una verdadera colonización, de este amplio
sector del Andévalo y Sierra Morena.
Se implanto el método de excavación de pozos y galerías
El mineral se extraía en espuertas a brazos y subido a boca mina,
se trituraba por molinos de piedra y se concentraba con corrientes de
agua llevándose al horno cercano a la explotación para su fundición con grandes
reservas de madera.
En el siglo uno de nuestra era, ya con el emperador Tiberio,
empiezan las confiscaciones de minas, pasando ya en época de Nerón, a ser
propiedad y posesión del estado.
Se conoce una ordenación romana de minería de época Adriana
halladas en Aljustrel, que son legislación reglamentación fiscal, y
administrativa de la minería
Tomando su auge la minería en esta zona en el siglo dos de nuestra
era, siendo capaz de abastecer al imperio, centrándose en la producción de
metales preciosos, oro y plata siendo la producción de cobre solo un cuarto de
la producción total de metales.
Según las excavaciones realizadas, existió una importante
infraestructura de almacenamiento, militar y administrativa de los sectores
mineros, en los que se explotaron cobre, hierro y plata, atrayendo a un gran
número de población de otras partes del Imperio
La vega del río Chanza fue la elegida para la localización de los
nuevos asentamientos romanos de población latina, apareciendo gran cantidad de
restos en la zona.
El esplendor, como en el resto de la Bética, llega con la dinastía
Flavia.
En el año 264 antes de cristo. comenzó la primera Guerra Púnica,
que le costó a Cartago las islas de:
Sicilia, Cerdeña y Córcega, curiosamente todas zonas mineras
Cuando Escipión el Joven, declarando la guerra al país de los
enemigos saqueó y posteriormente quemó Cartago hasta arrasar la ciudad, sesenta
mil, de sus ciudadanos, fueron enviados para trabajar, como esclavos, en las
minas españolas
En La Zarza los mineros romanos
dejaron muchas huellas, como los grandes montones de escorias de sus
fundiciones, socavones o galerías, como la de la Algaida, con dos
kilómetros de longitud, el de Los cepos de ochocientos metros y el
de Aguas agrias con trescientos cincuenta metros.
Y principalmente pocillos, en
cantidad que se aproximan al millar y restos de asentamiento poblacional, en la
zona de La Pelegrina
Roma recurrió a la explotación de
sus minas españolas con un vigor tan grande como despiadado. Los autóctonos y
sus otrora señores cartagineses trabajaron mano a mano y sus filas se
incrementaron posteriormente con criminales procedentes de Italia, condenados que
cumplían condena y en los últimos tiempos incluso por soldados legionarios.
En el siglo tres de nuestra era comienza una época depresiva para
la minería a pesar de las reformas de Diocleciano, manteniéndose la
rentabilidad de las explotaciones de cobre, provocada por la demanda para
acuñaciones cupríferas, hasta bien entrado el siglo cuatro
la crisis se generalizó en todo el Imperio, traduciéndose en la
provincia de Huelva en un abandono de la minería en la Sierra manteniéndose
únicamente la producción agrícola y ganadera en la zona Llana y en las dehesas.
Es la zona llana, de base agrícola, la que mejor se va a adaptar ,
a los cambios económicos ,acaecidos en el Bajo Imperio, y, será Ilipla
(Niebla), la ciudad más importante de la Provincia, en el transito del período,
tardo romano al visigodo
La importancia de la cultura urbana en el mundo tartésico y luego
púnico, supuso una facilidad, para la adecuación de Ilipla, al modelo
urbano romano, y de sus élites municipales a la oligarquía republicana y
luego imperial.
La emisión de moneda propia, con la leyenda ILIPLA y la evidencia
de la reactivación comercial de los estuarios del Tinto y el Odiel son prueba
del importante papel en la estructura del territorio que tuvo esta civitas.
La casi desaparición de la actividad minera, en esta zona,
entre los siglos cinco a ocho de nuestra era, no se debe solo a las invasiones
de godos y moros sino también al descenso de la actividad económica y por tanto
la demanda, el agotamiento y desertización de las masas forestales, que
encarecían el entibado y la fundición al tener que traer la madera de cada vez
más lejos y estas minas tienen un problema que cuando se paralizan se
inundan, y la reactivación, no es posible , sin cambios de
tecnología, que no sucederían, hasta muchos siglos después